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INMERSIONES A PROFUNDIDAD - AÑO 1960


ESCRITOS EN LA PRENSA ESPAÑOLA A PARTIR DE 1960
LA PRENSA.
Miércoles, 20.01.60
NUEVOS “RECORDS” EN EL FONDO DEL MAR.
Tres italianos arrebatan el título a nuestro Eduardo Admetlla.
Este artículo de Mario Lleget, mezcla por un lado el descenso de Piccard con el “Batíscafo Triestre” a 5.486 metros, y  el nuevo “record” obtenido por los italianos.
La otra noticia se refiere a un título que los italianos han arrebatado a Eduardo Admetlla, que hace poco tiempo era el campeón del mundo en la modalidad llamada de inmersión autónoma, es decir, sirviéndose del pulmón acuático perfeccionado por el comandante Jacques Ives Cousteau.
Concluiré con una breve reseña del gran descenso de Novelli, Falco y Olgial a 131,35 metros de profundidad con escafandra autónoma.
Fuente: La Prensa. Miércoles, 20 de Enero de 1960. Pág. 5. Noticia extractada.
Nota: La segunda parte la publicó Mario Lleget el sábado, 23.01.60.

Sábado, 23.01.60
NUEVOS “RECORDS” EN EL FONDO DEL MAR.
Hasta hace bien poco tiempo, Eduardo Admetlla, campeón nacional y mundial, destacado hombre pez del CRIS, barcelonés, podía considerarse feliz por haber batido la marca precedente, que ostentaban los franceses, los mejores hombres peces del mundo. Pero este de los mejores debe decirse contando con permiso de los italianos, quienes acaban de demostrar su gran clase, al descender en tripartito a 131,35 metros, en aguas del Golfo de Nápoles y frente a Nisida.
Alberto Novelli, el notable campeón italiano, es también excelente ingeniero. Ha inventado un regulador de aire, el “Explorer”, gracias al cual los buceadores autónomos tienen más autonomía han podido vencer-él, Novelli, y compañeros suyos-a nuestro forzado Admetlla.
La F.I.P.S. (Federación Italiana de Pesca Submarina), ha homologado el record y a estas horas Ennio Falco- que ya era campeón a pulmón libre con 41 impresionantes metros-y César Olgial, son nuevos campeones del mundo de los hombres-peces, es decir de los buceadores autónomos. En cambio Alberto Novelli, que descendió con ellos y dirigió la arriesgada operación, no puede figurar oficialmente como el tercer cocampeón, por que se olvidó de pinchar la última tablilla de plástico situada a 131 metros de profundidad, atento a la señal de Ennio Falco, que al parecer sufrió “la borrachera de las profundidades”.
En fin , quede testificado este nuevo record, pero hablando en nombre de mis compañeros de Junta pertenecientes al CIAS (Centro de Investigaciones y Actividades Subacuáticas), aprovecharé una vez más la ocasión para resaltar que estamos en contra de los record porque además de no favorecer generalmente la investigación científica, constituyen un casi atentado humano, al forzar inútilmente las humanas posibilidades, que con el pulmón acuático tienen su límite de prudencia alrededor de los 90 metros como máximo.
Fuente: La Prensa. Sábado, 23 de Enero de 1960. Pág. 5.       

Jueves, 10.03.60
APASIONANTE CUESTIÓN EN MATERIA DE ACTIVIDADES SUBACUÁTICAS.
En realidad, permanece el record mundial de inmersión establecido en 100 metros por nuestro compatriota Eduardo Admetlla. Los buceadores italianos que alcanzaron mayor profundidad han utilizado un nuevo aparato respiratorio que proporciona condiciones diferentes y mucho más ventajosas. Su utilidad es evidente y grandes méritos de su inventor, pero en el orden estrictamente deportivo, hay que tener en cuenta las circunstancias antedichas.
El Primer Congreso Mundial de Actividades Subacuáticas que tan brillantemente se viene celebrando en Barcelona confiere la máxima actualidad a una cuestión tan apasionante como la del record mundial de inmersión que nuestro compatriota Eduardo Admetlla estableció en los cien metros, profundidad rebasada después por famosos submarinistas italianos, si bien empleando para la respiración un dispositivo diferente y respecto al cual cabe suponer la adición de  algún otro gas, aparte de los que componen el aire que normalmente respira el hombre, cosa lícita, desde luego, en cuanto al objetivo de proporcionar a los buceadores la máxima seguridad posible, pero que, evidentemente, en el aspecto deportivo, establecería una diversidad o, más concretamente, una ventaja de condiciones que habría que tener en cuenta para establecer a quien corresponde verdaderamente  dicho record.
Viene aquí como anillo al dedo la interesantísima conferencia pronunciada en el Fomento del Trabajo Nacional por el inspector general de Pesca de la Federación Nacional de Pesca y Actividades Subacuáticas, don José Joaquín Lozano, precisamente con ocasión de su estancia en Barcelona en misión oficial preparatoria del Congreso. Vamos, pues, a recordarla ahora.
EL “EXPLORER” ITALIANO.
“Ha caído entre los hombres escafandristas-comenzó diciendo el señor Lozano-como noticia sensacional, la referencia  de la invención de un nuevo aparato respirador aplicado a los buscadores modernos, los cuales proceden, dicho sea de paso, en su inmensa mayoría, del fecundo vivero de los pescadores submarinos.
Nos apasionó profundamente el tema, a la par que nos intrigó el descubrimiento, y a desentrañarlo, si ello era posible, encaminamos nuestros afanes.
Coincidió esta lógica curiosidad con el encuentro, en la ciudad de Viena, con un antiguo amigo, el ilustre biólogo italiano, doctor en Ciencias, don Giorgio Bini, el cual asistía, como nosotros, a la Séptima Asamblea General de la Confederación Internacional de la Pesca Deportiva, que tuvo lugar en la capital de Austria en los últimos días de septiembre.
Tan feliz oportunidad fue bien aprovechada para ilustrar nuestros propósitos, ya que el propio doctor Bini, además de poseer docta sapiencia en la materia, fue testigo presencial del hecho en cuestión.
Nos hizo una descripción verbal del “Explorer” italiano, pero, sobre todo, nos expuso la teoría del invento. Respecto a nuestras dudas sobre de aire que interviene en el “alma” del respirador-gases compuestos o simples-y principalmente el helio, nos negó rotundamente la presencia de este elemento gaseoso en el aparato ensayado.
EL RECORD DE EDUARDO ADMETLLA.
Como es sabido, el record de los cien metros de inmersión en las aguas marinas lo tiene nuestro compatriota Eduardo Admetlla. Pero después, en aguas italianas, el triestino César Olgyai alcanzó la excepcional cota de 131 metros con 35 centímetros. Iba acompañado de Ennio Falco. Utilizaron un “auto respirador” de aire, ingenio de nueva invención del médico italiano y pescador submarinista Alberto Novelli, que ha dedicado su larga experiencia y un atento estudio de todos los fenómenos patológicos relacionados con la vida del hombre bajo el agua a la invención de este nuevo aparato.
Para ensayarlo, se dieron cita Olgyai, Falco y Novelli. Cada uno de ellos llevaba sujeta en la muñeca una “pinza” o taladro, con orificio diferente, para punzar o perforar la tarjeta indicadora de la profundidad alcanzada.
Pero mientras Olgyai hacía la punción en el lugar marcado con 131 y 35 centímetros, Novelli se mostraba preocupado por el retraso de Falco, preguntando a éste por señas cuando le vio llegar qué era lo que le pasaba. Rápidamente, Ennio Falco punzaba su marca de inmersión, no llegando a los 131 metros con 35 centímetros de Olgyai, pero sí a los 130,35. El doctor Novelli, en cambio, no consiguió perforar la caretla indicadora de la profundidad a que había llegado, aunque rebasó también los 130 metros. ¿Qué había sucedido?
DRAMÁTICA SITUACIÓN EN EL FONDO DEL MAR.
Según versión que recogemos de “Il Giornali della Pesca”, lo ocurrido fue lo siguiente:
A las once y media de aquella mañana, en presencia del almirante Ruta, los tres submarinistas iniciaron la inmersión, en el maravilloso Golfo de Nápoles. Novelli y Olgyai descendieron velozmente; en cambio, Falco, se quedó atrás y perdió el contacto con sus compañeros, porque compensaba con gran dificultad. Al llegar a la cota 120, a Olgyai le estallaba el profundímetro, y mientras Novelli continuaba el descenso el triestino abandonaba el contrapeso, llegando al fondo algunos minutos después. Una vez allí, Olgyai perforó el cartelito indicador, como queda dicho.
Entre tanto, Falco, a las preguntas que por señas le hacía Novelli, contestaba con otra seña que quería expresar su dificultad para compensar, pero Novelli la interpretó erróneamente, creyendo que se refería a falta de aire. Ante esta contingencia gravísima, Novelli se vio precisado a dar la alarma a Olgyai y acto seguido iniciaron los tres el ascenso a la superficie, despreocupándose Novelli de taladrar la tarjeta, ya que lo importante era la salvación de su amigo.
EN REALIDAD, EL RECORD SIGUE EN PIE.
Hasta aquí, la primera parte de la conferencia de don José Joaquín Lozano, que más adelante continúa:
Conviene estudiar y meditar el alcance de esta hazaña que, en principio, consideramos no hace sombra alguna a nuestro campeón mundial de inmersión, Eduardo Admetlla.
Seguidamente, el señor Lozano razona esta afirmación, fundándose en la diferencia entre el aparato empleado por Admetlla (la conocida “escafandra autónoma”, inventada por el famosísimo comandante Cousteau, presidente de la Confederación Mundial de Actividades Subacuáticas y el inventado por Novelli y utilizado por éste. Lo esencial de la cuestión radica en la indicada posibilidad del empleo de algún gas que modifique la normal composición del aire, proporcionando al buceador más ventajosas condiciones. Y es natural que los italianos guarden riguroso secreto a este respecto, porque el aparato de Novelli se encuentra en período de  experimentación y, vistos los brillantes resultados de la misma, en vísperas de entrar plenamente en el de producción industrial.
No se trata, por tanto, en modo alguno, de regatear los sobresalientes méritos de Novelli y sus compañeros. Este nuevo aparato podrá, sin duda alguna, dar considerable impulso a las actividades subacuáticas, que como el presidente de la Federación Nacional, camarada Jaime de Foxá, dijo en su magnifico discurso inaugural del Congreso, tienen un porvenir de incalculables posibilidades en beneficio de la Humanidad entera. Pero, concretándonos al aspecto de lo estrictamente deportivo, hay que tener muy en cuenta la mencionada diferencia de condiciones. Y creemos que será oportunísimo que la Confederación Mundial se ocupe de esta cuestión, dilucidando a quién corresponde el  record, durante la Asamblea que también aquí, en Barcelona, va a celebrar a continuación del Congreso, es decir, el sábado y el domingo venideros.
Fuente: La Prensa. Jueves, 10 de Marzo de 1960. Artículo: Apasionante cuestión en materia de actividades subacuáticas. Por Fernando Vázquez-Prada. Pág. 3.

11.03.60
VENTANA DE LA PRENSA.
CLAUDIO RIPPA.
Fuente: La Prensa. 11 de marzo de 1960. Artículo por Juan Segura Palomares. Pág. 3.

12.03.60
EL RECORD MUNDIAL DE EDUARDO ADMETLLA, PERFECTAMENTE DEFENDIBLE.
Fuente: La Prensa. 12 de marzo de 1960. Pág. 3.

Viernes, 25.03.60
ADMETLLA SIGUE SIENDO “RECORDMAN” MUNDIAL
En las fraternas columnas de “Solidaridad Nacional”, nuestro excelente camarada Enrique Fafián ha dado por buena la afirmación de que Eduardo Admetlla ya no tiene el record mundial de inmersión, formulada por el presidente del CIAS, a quien aquél ingenuamente, supone juez imparcial en la cuestión de referencia.  Desgraciadamente, no es así, como vamos a ver.
Nuestros submarinistas, al principio muy unidos, no lo están en la actualidad. Hoy existen  el CRIS y el CIAS, como consecuencia de una lamentable escisión. Eduardo Admetlla pertenece al CRIS y quien con mayor persistencia ha venido atacando su record ha sido precisamente el presidente del CIAS, como si hubiese entre ambos una enemistad personal.
Como hemos dicho en estas columnas de LA PRENSA, el inspector general de la Federación Nacional de Pesca, don José Joaquín Lozano, proponía que la indicada cuestión de si  Eduardo Admetlla sigue siendo recordman mundial o han batido su marca los italianos fuese elevada al verdadero juez, es decir, a la Confederación Mundial de Actividades Subacuáticas, con ocasión del reciente Congreso o de la Asamblea que le siguió. Pero los italianos, a quienes correspondía hacerlo, puesto que ellos son los que sostiene haber superado el record de Admetlla, se abstuvieron: claro indicio de que de que no se sentían en posición dialéctica segura.
Por tanto, el record mundial de Eduardo Admetlla sigue en pie, teniendo en cuenta que los italianos no sólo emplearon un aparato mucho más perfeccionado que, en consecuencia, les proporcionó condiciones notablemente ventajosas, sino también que descendieron los tres, en equipo, hasta la máxima profundidad alcanzada, en tanto que Admetlla dejó a sus dos acompañantes al llegar a los sesenta metros y desde allí, hasta los cien, continuó él solo, proeza que todavía no ha sido igualada por nadie.
Fuente: La Prensa. Viernes, 25 de marzo de 1960. Pág. 11.
Nota. Este artículo hace referencia al publicado en Solidaridad Nacional de fecha domingo, 20 de marzo de 1960, que reproducimos a continuación.

OTROS PERIÓDICOS:
SOLIDARIDAD NACIONAL.
Domingo, 20.03.60
EDUARDO ADMETLLA, YA NO OSTENTA EL RECORD MUNDIAL DE INMERSIONES. DOS BUCEADORES ITALIANOS BATIERON SU MARCA EN MÁS DE 30 METROS. EL APARATO UTILIZADO POR FALCO Y OLGJAJ NO VARIABA, EN ABSOLUTO, LA COMPOSICIÓN DEL AIRE.
“Ha finalizado en Barcelona, como se sabe, el I Congreso Mundial de Actividades Subacuáticas. Las tareas, al parecer, han sido provechosas y de trascendencia. Pero a raíz de la internacional asamblea, una vidriosa cuestión ha saltado al primer plano de la actualidad; una cuestión que ha suscitado polémica, réplicas y contrarréplicas y airadas protestas. Se trata, en definitiva, de si el buceador Eduardo Admetlla sigue siendo o no “recordman” mundial de profundidad.
Admetlla, uno de los jefes de Junta del CRIS, estableció-el día 30 de septiembre de 1957- en Cartagena, el “record” mundial. La Marina de Guerra española comprobó, oficialmente su inmersión a 100 metros de profundidad.
Posteriormente, los italianos, Ennio Falco y Cesare Olgjaj, se sumergieron a 131,35 metros de profundidad. Eso ocurría el 29 de agosto de 1959, en el golfo de Nápoles, dando fe de su veracidad la Marina de Guerra italiana.
Ni entramos ni salimos de la cuestión, pero el tema-noticia y discusión- es de gran interés. Hemos acudido a un hombre preparado. Un fundador del CRIS y  presidente del CIAS, que está, a buen seguro, al margen de la polémica. Un hombre con un brillante historial a quien el famoso comandante Cousteau, distingue con su entrañable amistad. Primer autor mundial de una guía submarina, la “Guía Submarina de la Costa Brava”. (1) A él le hemos preguntado:
¿Sigue o no en vigencia, el “record” de Admetlla?
No. Fue superado, oficialmente, en esta modalidad-o sea, inmersión con escafandra autónoma de aire comprimido- por los buceadores italianos Falco y Olgjaj.
Sin embargo, se ha hablado de cierta diferencia de aparatos…
Si, diferencia cierta. Pero la misma que existía, en su día, entre el aparato que empleó Admetlla y el que utilizó Frederic Dumas, que ostentaba el “record”, antes que él, en 93 metros.
¿Puede dar detalles?
Con mucho gusto. El aparato de Admetlla tenía una válvula en la boquilla que evitaba la nueva respiración del aire viciado que había quedado en el tubo traqueal de salida, y cargado de anhídrido carbónico. Los italianos utilizaron un nuevo regulador, el famoso “Explorer”, que aprovecha íntegramente el aire expirado, que no ha llegado a los pulmones y que, prácticamente, sigue siendo puro.
Pero se habla de un cambio en la composición del aire…
Falso. En ambos casos, las escafandras proporcionan aire atmosférico normal comprimido a 150 atmósferas. Y también en ambos casos, la Marina de Guerra ha certificado la veracidad de cada inmersión.
Aquí, nuestro personaje nos entrega una reproducción fotográfica del acta italiana, cuyo contenido no ofrece dudas. Es concreta, clara y taxativa.
¿Cuál es la postura oficial de la Federación Mundial?.
En cuanto al invento del doctor italiano Alberto Novelli, perfectamente legítimo. En cuanto al “recordman” de inhibirse, ignorarlo. La Federación Mundial no se opone a ese tipo de competición pero, por considerarlo peligroso para los buceadores, no se pronuncia.
¿Cuál es su opinión al respecto?
Las competiciones de profundidad eran útiles, en los primeros tiempos de la inmersión. Útiles y necesarias. Interesaba saber hasta que profundidad podía llegar el buceador sin peligro evidente. Hoy se sabe que todo trabajo a más de 70 metros es imposible. La concentración gaseosa a tales profundidades es enorme, a nada conduce y pone en grave peligro la vida del buceador. Los record han muerto, como he dicho en repetidas ocasiones, por ser absolutamente contrarios a la esencia de la explotación submarina.
Ante tales manifestaciones sinceras y objetivas cabe solo, por nuestra parte, un breve y tajante comentario.
Como españoles, desearíamos que el record estuviera unido al nombre de un español. Pero como deportistas, como amantes de la verdad, no nos duelen prendas al reconocer que dos italianos han batido el record español.
La  deportividad está al margen del patriotismo y de la nacionalidad, Y, para que conste, en evitación de susceptibilidades, decimos al margen de nacionalidades, no por encima de la nacionalidad.
Y ya que de patria hablamos, añadiremos algo que hace muchos días-desde que se inició el Congreso Mundial-tenemos metido muy adentro: En España existen, poco más o menos, 25 sociedades dedicadas a la inmersión. Pero, de  ellas, sólo dos- CRIS y APS- fueron oficialmente invitadas. Tengamos en cuenta que era Congreso Mundial de Actividades Subacuáticas y, precisamente, por tener lugar en solar patrio, todas las sociedades nacionales debían haber sido invitadas a participar, codo con codo con los representantes de otros 25 países. El movimiento se demuestra andando. El patriotismo se demuestra con hechos, nunca con ceguera partidista.
Admetlla, según la opinión formada, no es record mundial. Pero ello no es deshonra para nuestro deporte ni desmérito para el prestigioso y pundonoroso Eduardo Admetlla”.
Enrique Fabián.
Fuente: Solidaridad Nacional. Domingo 20 de marzo de 1960.
(1) Aunque el periodista no lo indica, es obvio que se trata de Antonio Ribera Jordá.

00.09.67
LOS PUNTOS SOBRE LAS IES.
PUESTOS HOY POR EDUARDO ADMETLLA LÁZARO.
Fuente: CRIS, revista de la mar. Nº 104  Septiembre 1967. Págs. 6 y 7.
Nota. La fecha corresponde al mes en que se editó la revista.

OTRAS FUENTES DEL EXTRANJERO:
BOLETÍN CMAS.
131 METROS CON ESCAFANDRA AUTÓNOMA.
Hemos recibido, a través de la CMAS, una traducción emitida por la Federación Italiana con ocasión de un nuevo récord de buceo establecido por los señores R. Novelli, E. Falcó y C. Olgini.
Estamos contentos de publicar algunos extractos y de poder felicitar a nuestros colegas italianos por esta proeza deportiva.
De todas formas debemos recordar a nuestros lectores que la Federación Francesa considera que estos intentos de batir record comportan unos riesgos enormes, y es por ello que los desaconseja formalmente.
Recuerda que el primer experto de la Marina, Maurice Fargues, (1)) murió durante el transcurso de una inmersión experimental tras haber alcanzado los 120 metros de profundidad.
Además, toda tentativa de record de esta clase, que puede parecer al alcance de cualquier submarinista, debe, al contrario, llevarse a cabo bajo las más estrictas precauciones. En efecto, un buceador que haya descendido a 50 ó 60 metros, puede dejarse llevar descender aún más, bajo la impresión de una falsa seguridad. Y debe saber que a partir de cierta profundidad tiene muchas posibilidades de morir en el intento.
Ello no disminuye el mérito de todos aquellos que se dedican a batir esta clase de record:
Fréderic Dumas descendió a 93 metros en 1947; E. Admetlla (España), que alcanzó la cota de los 100 metros en 1957… finalmente, A.Novelli y sus camaradas, de quienes leerás, aquí a continuación las circunstancias de su proeza y que estuvieron en todo momento rodeados de todas las precauciones necesarias.


(FÉDÉRATION FRANCAISE D´ETUDES ET SPORTS SOUS MARINS) (F.F.E.S.S.M)
 El 29 de agosto de 1959, en las aguas del Golfo de Nápoles, a lo largo del Cabo Possillipo, aproximadamente a unas dos millas y media de Nisida, los escafandristas, Alberto Novelli, Ennio Falco y César Olgiai, (1) efectuaron una prueba de inmersión profunda con escafandra autónoma bajo el control oficial de la Federación Italiana de Pesca Deportiva, la cual con motivo de tal ocasión, delegó una comisión así constituida: Michel Lisi, miembro del Consejo Nacional, Director del F.I.P.D y presidente de la Sección Provincial de Nápoles; Duilio Marcante, comisario deportivo federal; Giuseppe Caseinelli, vicepresidente de la Sección Provincial de Nápoles.
A las 0.30 horas del 29 de agosto los tres buceadores, acompañados por la Comisión de control, embarcaron a bordo del remolcador “S.Bartolomeo”, puesto a su disposición, junto con el resto de medios necesarios para llevar a cabo el proyecto, por el Ministerio de la Marina Italiana.
A bordo del remolcador, a dos millas y media de la isla de Nisida, tuvieron lugar las siguientes operaciones preliminares:
En presencia y bajo la supervisión de todos los miembros de la Comisión, se procedió a la medición del cable de acero ya preparado. El comisario federal Mercante constata que el cable mide 140 metros de longitud y lleva en su extremo inferior un “peso muerto” de aproximadamente 200 kilos.
Este cable lleva, a partir de los 100 metros y hasta los 115 metros, una plaquita de material plástico cada cinco metros en la que se indica la profundidad correspondiente.
Esta plaquita está atada al cable a través de una cuerda precintada con la marca de la Federación. A partir de los 115 metros y hasta los 130, las señales de distancia y las indicaciones de profundidad aparecen cada metro. El cable está sujeto mediante una argolla y un pedazo de cadena a la boya, y ésta es colocada en el mar sobre un fondo superior a la longitud total del mismo cable.
Se comprueba que esto es cierto. El comisario federal certifica, descendiendo a cincuenta metros de profundidad, que la boya y el cable están perfectamente tendidos y perpendiculares.
En ese momento, Olgiai señala que es necesario tener en cuenta el aumento de longitud resultante de la diferencia entre la línea de flotación de la boya y el comienzo efectivo de los ciento cuarenta metros de cable de acero. Se verifica este hecho, reultando que el lastre sujeto al extremo del cable se encuentra a 140 +1.35 m. de la línea de flotación. Por tanto será necesario añadir estos 1.35 m. suplementarios a las placas indicadoras de profundidad fijadas al cable. Estando el cable perfectamente colocado y los participantes listos, se procede al precintado de unos alicates en la muñeca derecha de cada uno de ellos. Ésta debería servir a los participantes para perforar la plaquita a la profundidad en la que habrán llegado. Cada atleta recibe unos alicates con un troquelado diferente.
El Sr. Alberto Novelli, un troquel cuadrado; el Sr. Ennio Falco, un troquel redondo y el Sr. Olgiai, un troquel triangular. Los alicates son precintados en la muñeca de cada participante en presencia del comisario deportivo federal, Sr. Duilio Marcante. Estando todo en regla, y después de haber examinado y controlado la ubicación de los participantes, tanto en el barco como se da, a las 11.32 h., la señal de inmersión. Los tres buceadores desaparecen bajo el mar para batir el record.
Exactamente a las 12.50 h. Aparecen los mismos de nuevo en la superficie, en este orden: Falco, Olgiai, Novelli. Este último señala inmediatamente lo que sigue:
“Llegué el primero a la máxima profundidad y exactamente a los 130 metros me paré para comprobar si era seguido por mis compañeros. En seguida vi a Olgiai pero no a Falco, seguramente a causa de las burbujas de aire de mi aparato, que obstaculizaban una visión ya de por sí débil. Ligeramente nervioso, me esperé a que Falco llegara a mi lado. Le tendí la plaquita para que los dos la perforáramos.
Llegando a la superficie, me he dado cuenta de que no había perforado la placa, yo que estaba en el último límite prescrito. En ese momento, estaba atento únicamente a la regularidad en el descenso de mis amigos, preocupado sobre todo por su estado físico, puesto que los dispositivos que regulan los mano reductores son de mi invención”.
Se considera pues la prueba como terminada y se procede a la comprobación de la profundidad alcanzada por los participantes, que habían perforado del modo descrito.
Después de esta deliberación, se retira la boya y el cable para constatar a que profundidad efectiva han sido perforadas las señales métricas.
Recuperado el cable se constatan que han sido perforadas la placa nº 129 por el Sr. Falco, con dos troqueles redondos, y la placa indicadoras de los 130 metros por el Sr. Olgiai, con dos agujeros triangulares.
Teniendo en cuenta la diferencia de 1.35 metros de la que hemos hablado, la Comisión de control que a día de hoy, 29 de agosto de 1959, los Sres. Falco y Olgiai, utilizando una escafandra autónoma con aire comprimido (las operaciones de carga habían sido realizadas por la marina militar), habiendo alcanzado respectivamente las profundidades de 130.35 metros y 131.35 metros en las aguas del Golfo de Nápoles.
Fuente: Bulletin Officiel de la Fédération Française d´Etudes et de Sports Sous-Marins. Janvier 1960  Nº 7.  131 Métres en scaphandre autonome. Págs. 18 a 21.
Traducción: Alfredo Tejerina Lahuerta.
(1) Los franceses indican el apellido como Olgiai, y los italianos en la revista Mondo Sommerso, Vol. 1º, nº 3. Ottobre 1959. Articulo: 130 metri…ma Novelli non lascia il segno. Por Renata Falangola. Pág. 11,12 y 13. lo escriben como Olgjaj.

DATOS EN EL ARCHIVO DEL CLUB.
En aguas del golfo de Nápoles, a la altura del cabo de Posillipo, los buceadores italianos Ennio Falco, Cesare Olgjaj y Alberto Novelli, se sumergieron en equipo hasta los 131,35 metros, respirando aire comprimido sin mezclas, el sábado 29 de Agosto de 1959.