LOS PERIÓDICOS RECOGÍAN EN TITULARES LA PREPARACIÓN DEL EVENTO ANTES DEL
RECORD MUNDIAL DE LOS 100
METROS .
Miércoles, 25.09.57
ADMETLLA, CAMPEÓN NACIONAL DE INMERSIÓN, INTENTARÁ BATIR LA MARCA MUNDIAL.
Fuente:
Madrid. Nº 5746. Miércoles, 25 de septiembre de 1957.
Archivo
Eduardo Admetlla.
Jueves, 26.09.57
SINGULAR MODO DE CELEBRAR LAS FIESTAS MERCEDARIAS, EDUARDO ADMETLLA,
SALIÓ AYER HACIA CARTAGENA PARA SUPERAR LA MARCA MUNDIAL DE
INMERSIÓN SUBMARINA.
Roberto Díaz, a 60
metros de profundidad hará de enlace.
Fuente:
Solidaridad Nacional. Jueves, 26 de septiembre de 1957. Pág. 12.
Domingo 29.09.57
LOS DEPORTES
UN SUBMARINISTA CATALÁN INTENTARÁ BATIR EN AGUAS DE CARTAGENA LA MARCA MUNDIAL DE
INMERSIÓN.
Actualmente está fijada por Dumas (francés) en 92 metros .
Barcelona, 28.- (Crónica de Logos).- Se considera que inmediatamente se
realizará, en aguas de Cartagena, una tentativa para batir la plusmarca mundial
de inmersión submarina. Para llevarla a cabo, ha salido para Cartagena, en una
avioneta especial el joven submarinista Eduardo Admetlla, director de la Sección Submarina
del CRIS de Barcelona y campeón de España de inmersión. La actual plusmarca la
ostenta el francés Frederic Dumas, del equipo del comandante Cousteau, con 92 metros . Nuestro
compatriota ha dicho: “Creo que, con la
ayuda de Dios, puedo superarla”.
En la avioneta han salido también para Cartagena, su compañero Roberto Díaz, con el que
comparte la plusmarca nacional de inmersión, Juan Vilarrubis y Javier Veglison.
Fuente:
Averiguar los datos de la noticia.
LUNES 30.09.57, SE ALCANZAN LOS 100 METROS DE
PROFUNDIDAD.
El lunes día 30.09.57, Eduardo Admetlla Lázaro, ayudado por sus
compañeros, Roberto Diaz Prat y Javier Veglison Jornet, consiguieron batir el
record del mundo de inmersión con escafandra autónoma.
Lunes, 30.09.57
EN NUESTRAS COSTAS SE CONSIGUE EL RECORD MUNDIAL DE INMERSIÓN.
“Los miembros del CRIS don Eduardo Admetlla y señores Veglison y Díaz,
han realizado en nuestra costa una inmersión para batir la marca mundial de
profundidad con escafandra autónoma.
Don Eduardo Admetlla consiguió para España el récord mundial de
profundidad con escafandra autónoma, llegando a los cien metros; hasta los 60 metros le sirvieron de
enlace los señores Veglison y Roberto Díaz, éste ostentaba con Admetlla el
récord nacional de 86
metros de profundidad, que lo obtuvieron el pasado año.”
Fuente: El
Noticiero de Cartagena. Diario de la tarde. Nº. 6.103. Lunes, 30 de Septiembre
de 1957. Pág. Desconocida.
CERTIFICACIÓN DEL EVENTO
Departamento Marítimo de Cartagena.
Escuela de Buzos.
Don Alfredo Rios Alonso, Teniente de navío, Jefe de Estudios de la Escuela de Buzos de la Armada , de la que es
Comandante Director el Iltmo. Sr. Capitán de navío Don Joaquín Cervera Cervera.
Certifico:
Que el día 30 de septiembre de mil novecientos cincuenta y siete, Don
Eduardo Admetlla Lázaro, Director de la Sección Submarina
del CRIS, de Barcelona, efectuó una inmersión en mar libre utilizando equipo
autónomo, cargado en esta Escuela con aire comprimido, alcanzando los 100 metros de
profundidad.
La inmersión se efectuó bajo mi control desde la lancha BL-3, equipada
con cámara de descompresión, arriando un cabo guía con un peso de setenta kilos
en su extremo, sobre un fondo de ciento veinte metros, en cuyo cabo, a partir
de los ochenta y seis metros, previamente se habían fijado unas tablillas de
plástico con su cota correspondiente cada dos metros, hasta los noventa metros
y a partir de aquí, cada metro hasta los cien metros. La medición de dicho cabo
y de sus diversas cotas fue ejecutada por el personal de esta Escuela.
Colaboraron en esta inmersión como asesor técnico el ingeniero Don Javier
Veglison Jornet y Don Roberto Diaz Prat,
ambos profesores de inmersión del CRIS, que establecieron enlace y control de
tiempo a sesenta metros de profundidad.
Y para que conste y a los efectos oportunos, expido el presente
certificado con el Visto Bueno del Sr. Comandante Director en Cartagena a
treinta de Septiembre de mil novecientos cincuenta y siete.
Vº Bº JOAQUIN CERVERA
ALFREDO RIOS ALONSO
Trascripción de la carta oficial que consta en los archivos del club.
OTROS PERIÓDICOS:
EL NOTICIERO UNIVERSAL. DIARIO DE LA NOCHE.
Lunes, 30.09.57
EDUARDO ADMETLLA DESCIENDE EN CARTAGENA A CIEN METROS DE PROFUNDIDAD.
Fuente: El
Noticiero Universal. Edición de la noche. Lunes, 30 de Septiembre de 1957. Pág.
10.
Martes, 01.10.57
EDUARDO ADMETLLA CONSIGUE PARA ESPAÑA EL RECORD MUNDIAL DE INMERSIÓN.
Descendió a 100
metros en aguas de Cartagena.
Fuente: El
Noticiero Universal. Edición de la noche. Martes, 1 de Octubre de 1957. Pág. 2.
OTROS PERIÓDICOS:
Martes, 01.10.57
UN “RECORD” MUNDIAL PARA BARCELONA.
Fuente. La Vanguardia Española.
Martes, 1 de Octubre de 1957. Pág. 24.
Martes, 01.10.57
Eduardo Admetlla, del CRIS, descendió a 100 metros , con
escafandra autónoma.
En la base marítima de Cartagena, ayer, a las diez de la mañana, el
miembro del Centro de Recuperación e Inmersiones Submarinas (sic), Eduardo
Admetlla, jefe de la sección submarina del citado centro, batió la plusmarca
mundial de profundidad, con escafandra autónoma de aire comprimido, descendiendo
a 100 metros ,
cota que se había propuesto en el plan de recuperaciones científicas que viene
realizando el CRIS.
El señor Admetlla consiguió para nuestra patria el citado record mundial,
sirviéndole de enlace hasta los 60 metros
sus compañeros Veglison y Díaz,
quién ostentaba con Admetlla, desde el pasado año, la plusmarca nacional
de profundidad.
La anterior plusmarca que poseían submarinistas franceses estaba
registrada a 92 metros
de profundidad.
Este mediodía llegará Admetlla por vía aérea a Sabadell, y por la tarde,
en nuestra ciudad, el nuevo plusmarquista mundial será objeto de un merecido
acto de homenaje, a las siete, en el local del CRIS.
Fuente: La Vanguardia Española.
Martes, 1 de Octubre de 1957. Pág. 33.
Archivo: E.
Admetlla.
Martes, 01.10.57
EL RECORD MUNDIAL DE
PROFUNDIDAD SUBMARINA, PARA UN BARCELONÉS.
Fuente: El
Correo Catalán. Martes, 1 de Octubre de 1957. Pág. 2.
Martes, 01.10.57
EL SUBMARINISTA ESPAÑOL ADMETLLA HA BATIDO EL RECORD MUNDIAL DE
PROFUNDIDAD.
Fuente: El
Correo Catalán. Martes, 1 de Octubre de 1957. Pág. 6.
Miércoles, 02.10.57
UN BARCELONÉS, A CIEN METROS BAJO EL NIVEL DEL MAR.
El nuevo “recordman” mundial de inmersión cuenta su hazaña.
A los 60 metros
recibió las primeras felicitaciones.
Fuente: El
Correo Catalán. Miércoles, 2 de Octubre de 1957. Artículo por José Pernau. Pág.
3.
Jueves, 03.10.57
ESPAÑA CONQUISTA LA
MARCA MUNDIAL DE PROFUNDIDAD CON ESCAFANDRA AUTÓNOMA.
Eduardo Admetlla, jefe de la sección submarina del “Centro de
Recuperación e Investigaciones Submarinas”-CRIS-, alcanza los cien metros de
profundidad.
“ Eduardo Admetlla, jefe de la Sección Submarina
del CRIS, ha pulverizado la marca mundial de profundidad que los franceses
habían establecido hace varios años en 92 metros (1), alcanzando
los 100 metros
de profundidad. Esto telegráficamente, podría ser una noticia deportiva. Pero
no lo es.
La inmersión con escafandra autónoma no es un deporte ni puede serlo. No
obstante, los que la practican forzosamente tienen que ser deportistas
consumados en el sentido clásico de la palabra: “Mens sana in corpore sano”.
El escafandrista, además de poseer un cuerpo sano, debe hallarse dotado
de unos conocimientos teóricos, debe poseer unas reacciones, una sensibilidad y
una adaptación al medio tan especiales que ello hace que, aún siendo el uso de
la escafandra una cosa sencilla y al alcance de cualquiera, el escafandrista
perfecto es un hombre que no se prodiga.
Y, por esto, los hombres del CRIS, deportistas, al pasarse al arma que es
la escafandra, han querido poner a esta al servicio de la ciencia, iniciando ya
sus inmersiones profundas con fines científicos y para los pertinentes estudios
de la fisiología del buceo, en 1953, estableciendo una cota de 50 metros en enero de
1954, otra de 86 en octubre del pasado año y, ahora, alcanzando los 100 de
profundidad. (2)
Los preparativos técnicos y estudios duraron más de seis meses, a cargo
del profesor del CRIS e ingeniero Javier Veglison y demás Secciones Científicas
de la entidad, siendo necesario la confección de unas tablas de descompresión,
pues las existentes no alcanzaban más que los 90 metros , cota que se
había considerado como el valladar infranqueable con aire comprimido, y una vez
admitida científicamente la posibilidad de la prueba, con resultado positivo,
el hombre fue Eduardo Admetlla, quien, a la par que autor de la hazaña, quiso
ser el “conejillo de indias” que la soportara.
La prueba, cuya posibilidad se debe a Eduardo Admetlla de una manera
directa, con todo lo que ello significa, es, no obstante una labor de equipo.
Sin el hombre, materia prima por antonomasia, no habría nada; pero la máquina
fue también necesaria, y la escafandra empleada dio un resultado perfecto; y
detrás del equipo de inmersión figura,¡como no¡, toda una organización, el
CRIS, con sus ingenieros y sus médicos, sus escafandristas y colaboradores, los
cuales en una labor de conjunto pudieron dar a Eduardo Admetlla el respaldo que
esta prueba requería.
Y la autoridad de Marina, desde el
Excmo. almirante don Ricardo de Calvar, en Barcelona, y el almirante jefe de la
2º Flota; don Rafael Fernández de Bobadilla, hasta el jefe de la Escuela de Buzos de
Cartagena y todos y cada uno de sus valiosos componentes técnicos y prácticos
en materia de inmersión, han aportado su concurso excepcional con la
camaradería, interés y buena voluntad que solo puede existir entre hombres que
al unísono de sus corazones solo quieren una misma cosa: la grandeza de su
patria.
La embarcación “BL3”, con cámara de descompresión, se hallaba fondeada a 5 millas del arsenal de
Cartagena, frente a la isla de las Palomas, sobre un fondo de 120 metros , llevando a
bordo al jefe de la Escuela
de Buzos, teniente de navío don Alfredo Ríos. Los tres escafandristas:
Admetlla, Diaz y Véglison, descendieron a lo largo del cable de 100 metros , del que pendía,
allá en el fondo, un lastre de 70 kilogramos . Una vez llegados a los 60 metros , Díaz y
Véglison se afianzaron en una lazada que ex profeso se había hecho en el cable
y, después de un fraternal abrazo, se despidieron del que se iba… hacia los
abismos insondables y tal vez hacia el más allá.
Eduardo Admetlla hizo sobre su frente la señal de la cruz, tal vez como
quien pudiera signarse así en forma definitiva, y murmurando dos nombres para
el sagrados: Margarita, Eduardo, Margarita, Eduardo… fue dejándose caer hacia
el abismo.
A los dos minutos, Admetlla había alcanzado la cota prevista. Allí, el
tiempo apremia y su lucidez era perfecta. Con sus pies, al descender había
arrancado la plaquita con la indicación de los 100 metros , pero era
indiferente¸ además se había colocado una pizarra para estampar una indicación,
O.K. doblemente subrayado, quería decir que todo va bien.
No obstante, el lapicero se rompió y pudo, con sus entumecidos dedos,
realizar el subrayado que se había propuesto.
Soltó el lastre de 6
kilogramos que le ayudara en el descenso, y la boya
amarilla que tenía que indicar a sus compañeros el éxito de la empresa. Un
vistazo al fondo, le permitió ver sus propios pies, negros y enormes,
descansando sobre el lastre de 70 kilogramos . Una vuelta al horizonte, y éste
se perdía tras la cortina de negro azul… Pero su vista se nubló, desapareció la
cuerda que agarraban sus manos y, por un momento, sintió miedo: el miedo del
hombre que sabe lo que está haciendo y que sabe donde está. Y comenzó el
ascenso rápido, premioso. A los 90 metros recobró su lucidez normal; fueron
sucediéndose plaquitas y más plaquitas blancas como otros tantos jalones que el
acercaban al reino donde luce el sol y sonríen las rosas, y a los 90 metros recibió el
abrazo más emotivo que entre camaradas pueda haberse cruzado.
Véglison y Díaz recibían en el mundo de lo azul al hombre que había
franqueado la barrera y llegaba del más allá, del mundo del negro azulado,
donde el oxígeno se confabula con el nitrógeno para retener en sus redes al
mortal incauto que en ellas se prende”.
Fuente: La Vanguardia Española. Jueves, 03.10.57. Artículo por Clemente Vidal
Solá. Presidente del CRIS. Pág. 20.
(1) Fueron 93 metros .
(2) Se omite
el record logrado por Juan Gimbernat Mayolas y José Maria Diamant Montañés,
el domingo, 21.03.54, en aguas de Mataró.
OTROS PERIÓDICOS:
Martes, 01.10.57
UN ESPAÑOL BATE EL RECORD MUNDIAL DE PROFUNDIDAD CON ESCAFANDRA AUTÓNOMA.
Cartagena, 1.- Los miembros de la Compañía de Recuperación e Inmersión Submarina
(CRIS), (sic) señores Admetlla, Azpeitia, Véglison y Díaz, han realizado en
estas costas una inmersión para batir la marca mundial de profundidad, con
escafandra autónoma.
El señor Admetlla consiguió para España el record mundial de profundidad,
llegando a los cien metros. Hasta los sesenta metros le sirvieron de enlace los
señores Véglison y Díaz,. Este último ostentaba con el señor Admetlla el record
nacional de profundidad, que obtuvieron el pasado año.-Alfil.
Fuente: La Prensa. Martes , 1
de Octubre de 1957. Pág. 6.Ver si hay copia.
OTROS PERIÓDICOS:
EL CORREO CATALÁN.
Martes, 01.10.57
EL RECORD MUNDIAL DE PROFUNDIDAD SUBMARINA, PARA UN BARCELONÉS.
Fuente: El
Correo Catalán. Martes, 1 de Octubre de 1957. Pág. 2.
Miércoles, 02.10.57
UN BARCELONÉS, A CIEN METROS BAJO EL NIVEL DEL MAR.
El nuevo “recordman” mundial de inmersión cuenta su hazaña.
A los 60 metros
recibió las primeras felicitaciones.
Fuente: El
Correo Catalán. Miércoles, 2 de Octubre de 1957. Artículo por José Pernau. Pág.
3.
Viernes, 04.10.57
ADMETLLA, EL CAMPEÓN DEL MUNDO DE INMERSION.
Eduardo Admetlla, directo de la sección submarinista del CRIS, de
Barcelona, saliendo del agua después de conquistar para España el campeonato
del mundo de inmersión al lograr descender a los cien metros en Cartagena. La
marca anterior pertenecía al francés Dumas, con 92 metros .
Fuente: El
Correo Catalán. Viernes, 4 de Octubre de 1957. Pág. 1.
Nota. Es una
foto.
El descenso
a 100 metros
se nombra como un campeonato.
Viernes, 04.10.57
VIS A VIS.
JAVIER VEGLISON.
Fuente: El
Correo Catalán. Viernes, 4 de Octubre de 1957. Artículo por Mª Pilar Comín.
Pág. 10.
Martes, 08.10.57
EL BARCELONA, EN UN PRIMER TIEMPO DE GRAN JUEGO, BATIÓ AL JAÉN POR SEIS A
UNO.
En el escrito hay una foto con el siguiente pié.
“El campeón del Mundo de inmersión submarina, señor Admetlla, lanzó el
saque inicial en el partido Barcelona-Jaén, siendo acogido con una gran ovación
para premiar su gran gesta que ha dado a España un título mundial”.
Fuente: El
Correo Catalán. Martes, 8 de Octubre de
1957. Pág. 6.
OTROS PERIÓDICOS:
DIARIO DE BARCELONA.
Miércoles, 02.10.57
NUEVA HAZAÑA DE UN ESCAFANDRISTA BARCELONÉS.
Anteayer, a las nueve de la mañana y en aguas de Cartagena, tuvo efecto
el trascendental acto-dentro de los anales del escafandrismo español-de ser
rebasada la marca internacional de inmersión, que ostentaban Cousteau y Dumas
(1), al conseguir el escafandrista barcelonés y miembro del CRIS descender a
los cien metros de profundidad, ocho más de lo que registraba la mencionada
marca. La prueba tuvo efecto, como decimos, en aguas de Cartagena, a una
profundidad de ciento veinte metros. Para ello, fue lanzado al agua un cable
guía con un lastre de setenta kilos de peso, al que iban unidas plaquitas
indicadoras de la profundidad. Admetlla, a quien acompañaban en la inmersión
los también escafandristas Weglison (2) y Díaz, llegó a arrancar la plaquita indicadora de los cien
metros, después de haberse despedido con un abrazo de sus compañeros al llegar
a los sesenta de profundidad.
Fuente:
Diario de Barcelona. Miércoles, 2 de Octubre de 1957. Pág. 2.
Nota. (1)
Quién descendió a 93
metros solo fue Dumas.
(2) El
apellido es Véglison.
Viernes, 04.10.57
CARTAGENA.
EL ESCAFANDRISTA EDUARDO ADMETLLA, EN EL CENTRO SE HA PROCLAMADO CAMPEÓN DEL MUNDO DE INMERSIÓN AL
DESCENDER CIEN METROS EN AGUAS DE ESTA CIUDAD. LE ACOMPAÑAN ROBERTO DÍAZ Y
JAVIER VÉGLISON, QUE LE SIRVIERON DE ENLACE DURANTE LA PRUEBA.
Fuente:
Diario de Barcelona. Viernes, 4 de Octubre de 1957. Pág. 20.
Nota. Es una
foto.
Martes, 08.10.57
LO QUE FUE EL ENCUENTRO. EL SAQUE DE HONOR LO HIZO E. ADMETLLA
A las órdenes del colegiado señor Gómez Arribas, que si bien su cometido
resultó bastante aceptable, excepto la anulación de un gol de Gensana, que después
de concederlo lo anuló inexplicablemente, los equipos se alinearon en la forma
siguiente:
BARCELONA.- Ramallets; Segarra, Brugué, Gracia, Verges, Gensana, Basora,
Villaverde, Martínez, Kubala y Tejada.
JAÉN.- Manolín (Varea); Estenaga, Oliva, Egusquiza, Cerrillo, Bermúdez,
Uriarte, Sará, Peiró, Alvarez y Anchía.
Hizo el saque de honor nuestro submarinista Admetlla, campeón mundial de
inmersión.
Fuente:
Diario de Barcelona. Martes, 8 de Octubre de 1957. Pág. 35. Noticia extractada.
Martes, 08.10.57
EL SUBMARINISTA EDUARDO ADMETLLA, CAMPEÓN MUNDIAL DE PROFUNDIDAD, TIRA EL
SAQUE DE HONOR DEL PARTIDO BARCELONA-JAÉN, QUE SE DESARROLLÓ FAVORABLEMENTE AL
PRIMERO Y TERMINÓ CON EL RESULTADO DE SEIS A UNO. LOS DOS ÚLTIMOS TANTOS DEL
BARCELONA, LOGRADOS POR EL DELANTERO CENTRO MARTÍNEZ.
Fuente:
Diario de Barcelona. Martes, 8 de Octubre de 1957. Pág. 37.
Nota. Es una
foto.
OTROS PERIÓDICOS:
SOLIDARIDAD NACIONAL.
Martes, 01.10.57
ADMETLLA “RECORDMAN” DEL MUNDO.
HA DESCENDIDO A 100
METROS DE PROFUNDIDAD EN AGUAS DE CARTAGENA.
Le acompañaron Veglison y Díaz hasta los 60 metros .
Fuente:
Solidaridad Nacional. Martes, 1 de Octubre de 1957. Pág. 11.
Miércoles, 02.10.57
CAMPEÓN MUNDIAL DE INMERSIÓN. (FOTO).
Fuente:
Solidaridad Nacional. Miércoles, 2 de Octubre de 1957. Pág. 1.
Miércoles, 02.10.57
REGRESA EL RECORDMAN MUNDIAL DE INMERSIÓN.
EDUARDO ADMETLLA CUENTA SUS IMPRESIONES A CIEN METROS.
Para vencer los efectos de la narcosis, procuraba distraerme pronunciando
mi nombre y el de mi esposa.
Fuente:
Solidaridad Nacional. Miércoles, 2 de Octubre de 1957. Artículo por José del
Castillo. Pág. 7.
Jueves, 03.10.57
COMO SE PREPARÓ LA
HAZAÑA DE ADMETLLA.
VÉGLISON CUENTA SUS DETALLES TÉCNICOS.
Dificultades para el estudio.-El ejemplo de los comandos ingleses.-Las
tablas de descompresión de los buzos no pasa de 90 metros .
Después de nuestro reportaje de ayer, quisimos escuchar la autorizada
opinión del equipo que ha llevado a cabo esta hazaña deportiva, donde Eduardo
Admetlla ha establecido la marca mundial de inmersión submarina a los 100 metros de
profundidad. Y visto el triunfo desde los diversos ángulos, hemos de estudiar
detenidamente la preparación científica
en esta prueba.
Por eso, Javier Véglison, que como ingeniero y buceador, es el científico
de este equipo, nos dice ahora el origen y trayectoria de toda esta preparación
técnica.
-Hace casi un año, que fue batido el record nacional de inmersión con
escafandra autónoma, alcanzando mis compañeros Eduardo Admetlla y Roberto Díaz
la respetable profundidad de 86
metros . Para celebrarlo debidamente, se organizaron
varios actos de homenaje para nuestros campeones. Uno de ellos, tuvo lugar en
un típico restaurante barcelonés, tomamos ostras, angulas al “pil-pil”; un
riquísimo lechoncillo y “Licor 86” .
ADMETLLA SE COMPROMETE A BAJAR A LOS 100 METROS .
A los postres hubo discursos. Y he aquí que Admetlla nos revela su
proyecto de batir el record mundial de 93 metros , alcanzando los
100.
-¿ Y cómo fue acogida esta proposición por parte de los comensales?
La cosa iba en serio, pues Eduardo es hombre ponderado y abstemio.
Inmediatamente quedó abierto el coloquio entre los comensales, dando cada cual
su consejo y su opinión.
El proyecto era atrevido, dominando en general el criterio de prudencia,
sin ocultar, sin embargo, la gran satisfacción y orgullo que todos nosotros,
los del CRIS, sentiríamos al ver conquistado para España y por uno de los
nuestros un codiciado record.
-¿Y esta afirmación de Admetlla no sería fruto de su optimismo en
aquellos momentos?
-Desde luego que no, pues meses después continuaba firme e inquebrantable
en su decisión. En vista de lo cual, pensamos seriamente si alcanzar los 100 metros y regresar
vivo sería posible, ya que nadie, hasta ahora, lo había logrado. Fue entonces
cuando a ratos perdidos, me dediqué a estudiar todo esto.
-¿Cuáles son los peligros y por qué razón se producen a estas grandes
profundidades?
-Con la escafandra autónoma, el buceador respira aire a presión igual a
la que se encuentra sometido en el seno de las aguas. Resultando así que a 100 metros de
profundidad, el aire que ha de respirar llenará sus pulmones a una presión de
11,40 atmósferas, teniendo en cuenta la salinidad del agua de mar.
A esta enorme presión, los componentes del aire son tóxicos: nitrógeno,
oxígeno y anhídrido carbónico.
-He oído hablar de la gravedad de la borrachera de las grandes
profundidades, que someten al buceador a un optimismo y euforia muy peligrosos…
-Si que lo es. Es atribuida al nitrógeno y variable la cota de su aparición
según los individuos, pudiendo empezar a manifestarse a partir de los 50 metros . Produce una
especie de embotamiento o torpeza mental, pero no euforia, como nos dicen
algunos libros de divulgación submarina. Al menos, nunca se ha dado este caso entre
nuestros compañeros.
-¿No podría evitarse, por algún medio, la supresión de la narcosis o la
borrachera?
-Los estudios más recientes confirman que la narcosis se ve muy
favorecida si la presión del anhídrido carbónico respirado aumenta. Por esta
razón se colocó una válvula de membrana en la boquilla de la tráquea de
espiración. Con lo cual no es posible reinspirar el aire viciado.
EXPERIENCIA Y UTILIDAD DEL RECORD.
-¿Y en la inmersión de Admetlla se ha visto si efectivamente esa válvula
ha sido realmente útil?
-Considero que ha sido muy interesante. Y como dato ilustrado puedo decir
que los primeros síntomas de narcosis que se presentaron a Eduardo Admetlla,
sin tal dispositivo a los 70
metros , en ocasión del record de los 86 metros , ahora se
iniciaron a los 80. Es decir, se ha retrasado la aparición de la narcosis 10 metros , y además,
según parece desprenderse de las manifestaciones de Eduardo, se ha presentado
de una manera más benigna.
-¿Y qué otro peligro puede existir, además de la borrachera?
El que realmente más me preocupaba era la intoxicación por el oxígeno.
-¿Y qué importancia reviste esa intoxicación?
-Los primeros síntomas consisten en temblor de labios. Después, vértigo,
contracciones musculares, etcétera, cuyo desenlace fatal es el síncope.
-¿Entonces, según Ud, me dice, es peor el problema del oxígeno que el de
la narcosis¿
-Desde luego que sí. Pues aunque la narcosis supone un importante
entorpecimiento de las facultades del buceador, no llega a ser mortal como en el oxígeno.
-¿Y a que profundidades es de temer esta intoxicación y síncope?
-Sobre este asunto encontré algunos estudios; pero la verdad es que no se
adaptaban a nuestro caso, ya que el oxígeno, formando parte de una mezcla
gaseosa-caso del aire-y en presencia de elevada presión parcial de anhídrido
carbónico, no sabía yo como se podrían comportar en relación a su tolerancia
por el organismo.
EL EJEMPLO DE LOS COMANDOS INGLESES.
Tuve entonces la oportunidad de un dato de fuente fidedigna, muy
ilustrativo para nuestro caso: los comandos de hombres-rana ingleses, en la
pasada guerra, utilizando aparatos de oxígeno de circuito cerrado, podían
permitirse efectuar breves incursiones hasta los 30 metros de profundidad
sin que, aparentemente, se produjeran accidentes.
En dichos aparatos, rara vez el porcentaje de oxígeno contenido en el
saco respiratorio excede del 80%, lo cual supone a 3º metros una presión
parcial del oxígeno de 3,2 atmósferas. Hay, pues, un amplio margen de
seguridad, ya que a los 100
metros , en aguas del Mediterráneo, la presión de oxígeno
alcanza sólo a 2,4 atmósferas.
Pero hay algo más que complica las cosas. Y es que el aumento de presión
parcial del anhídrido carbónico rebaja la tolerancia del organismo al oxígeno.
Pero es éste precisamente el caso de los aparatos a circuito cerrado citados,
ya que por muy perfecta que sea la depuración por cal sodada, no es de presumir
que el saco respiratorio exceda la presión parcial de las 0,34 atmósferas
correspondientes al carbónico contenido en el aire respirado a 100 metros .
Y por tanto, el dispositivo de la tráquea de respiración resultaría del
mayor interés en virtud de todo lo expuesto.
IMPORTANCIA DE LA
RAPIDEZ EN EL DESCENSO.
-¿Entonces, Eduardo Admetlla podría permanecer bastante tiempo a los 100 metros sin que
peligrase su vida?
-De ningún modo. Pues el otro factor importantísimo es la rapidez;
recordemos que aquellas incursiones a 30 metros de los comandos
ingleses eran breves, Es pues, necesario, tal como se ha puesto en práctica un
riguroso control de tiempos, evitando así, que dominado por la narcosis, el
buceador permanezca más tiempo del que corresponde a la breve incursión citada,
en nuestro caso a los 100
metros .
-He oído hablar de que un buzo para salir a la superficie ha de hacer una
serie de paradas so pena de sufrir trastornos importantes.
-Supongo que se quiere referir usted a la descompresión. Las tablas
existentes para escafandras que utilizan aire, solo alcanzan a los 90 metros .
-Fue una dificultad la que se nos planteó. Pues confieso que me resultó
muy penoso llegar a deducir el cálculo de las tablas, ya que no encontré
bibliografía adecuada. Me dirigí por dos veces en consulta a un centro
especializado extranjero el cual ni siquiera se dignó contestarme.
La suerte quiso que cayese en mis manos una obra técnica, en la cual en letra pequeña, fuera de texto
aparecía la ecuación de absorción del nitrógeno por los tejidos del organismo.
A partir de esto pude ir deduciendo las cosas y comprobar resultados.
-¿Y las tablas que usted ha calculado son análogas a las existentes o hay
alguna particularidad interesante que destacar?
-Lo más interesante, a mi modo de ver, es que la absorción total de
nitrógeno la descompongo en tres sumandos: absorción en el descenso, absorción
permaneciendo en la cota máxima y absorción en el ascenso.
Esta última es muy importante, sobre todo para el caso de una inmersión
profunda y en las tablas consultadas he visto que se omite.
DESCOMPRESIÓN PARA VOLVER A LA SUPERFICIE.
-¿Y cuantas paradas y en qué forma se efectuó la descompresión?
-Subir tan rápido como sea posible hasta los 50 metros . De aquí hasta
los 6 metros ,
a razón de 4 metros
cada medio minuto, equivalente a una velocidad de 8 metros por minuto.
A los 6 metros ,
una parada de 12 minutos y a los 3 metros otra de 30.
Por un criterio, quizá de exagerada prudencia, y en atención a los
tejidos de corto período, se añadieron otras dos paradas: una a doce metros de
3 minutos y otra de 9 de 6 minutos.
En total 55 minutos de
descompresión.
-Supongo la ansiedad que sentirían ustedes a los 60 metros esperando el
regreso de su compañero...
-Desde luego.
-¿Y entonces, como ha resuelto usted el caso de los 100 metros ?
-Según dijimos, resultaba del mayor interés, al fin de exponer a Eduardo
más que el tiempo indispensable a profundidades eminentemente peligrosas
entendiendo por tales las de 90
a 100
metros , establecer un riguroso control de tiempo y
profundidades.
CONTROL DEL TIEMPO Y DEL DESCENSO.
-¿Y como pudieron establecer este control?
-Para ello, se situó a 60
metros de profundidad Roberto Díaz que dejaba correr
entre sus manos el cabo de seguridad que unía a Eduardo Admetlla con la
embarcación.
Junto a Díaz, estaba yo con una tablilla de plástico y lápiz indeleble
anotando los tiempos invertidos en el paso de los nudos. De este modo, conocíamos
en todo momento la profundidad y el tiempo invertido en alcanzarla.
Toda nuestra atención se concentró a no sobrepasar los 50 segundos
previstos entre los 90 y 100
metros como efectivamente, así fue.
-¿Fueron conseguidos todos los objetivos previstos?
-Sí. Y debemos agradecer de un modo especial a los jefes, oficiales e
incluso marinería, de la
Escuela de Submarinos y de Buzos de Cartagena, el apoyo
prestado en todo momento, e incluso cariño que demostraron por nuestra empresa.
Asimismo, algunos amigos nuestros, de Cartagena que, materialmente, se
desvivieron por atendernos y hacernos lo más grata posible, la estancia allí a
pesar de nuestra inquietud por el resultado de la prueba.
Así, con cifras, tras un riguroso estudio para la preparación técnica de
la prueba, podemos ver como la marca establecida por Admetlla, no es producto
solamente de una corazonada.
Es la serenidad y el dominio de la razón, donde radica el auténtico
valor.
Fuente:
Solidaridad Nacional. Jueves, 3 de Octubre de 1957. Artículo por José del
Castillo. Pág. 7.
Nota.
Archivo E. Admetlla.
OTROS PERIÓDICOS:
EL MUNDO DEPORTIVO.
Miércoles, 02.10.57
CIEN METROS BAJO EL MAR.
E. Admetlla, del CRIS de Barcelona, consiguió en Cartagena este
sensacional descenso con escafandra autónoma.
El mundo submarino está de moda. Tan de moda, que incluso los que le
conocemos un poco, creemos que le rodea ya un exceso de publicidad. Hasta
cierto punto ello es natural porque el fondo del mar todavía encandila la
imaginación de las gentes.
A veces leemos noticias submarinas que nos hacen reír…cuando no nos
llenan de indignación.
Por esto cuando se produce un auténtico “acontecimiento”, algo que
realmente merece la pena ser relatado, porque es producto de seriedad y
constancia, justo es hacerlo, para divulgar algo verdadero y real, algo que
tiene auténtica talla.
Tal es el caso de la nueva hazaña submarina que acaba de conseguir
Eduardo Admetlla, del Centro de Recuperaciones e Investigaciones Submarinas de
Barcelona, en aguas de Cartagena, al descender cien metros de profundidad con
una escafandra autónoma, de fabricación nacional, marca que supera los ochenta
y dos metros logrados por el célebre profesor Dumas, el realizador de este
maravilloso film que tanto ha contribuido a la propaganda del submarinismo
llamado “El mundo del silencio”.
La vocación de Eduardo Admetlla por el fondo del mar, es algo magnífico.
Empezó como tantos, sugestionado por la emoción de la caza submarina. Pero he aquí que Admetlla un día tras un pez
descubrió un nuevo mundo. La caza quedó en segundo plano, y el cine submarino,
la fotografía en el fondo, la investigación arqueológica fueron sus nuevos
afanes. Eduardo Admetlla con una vocación irresistible ha dedicado todos sus
ocios al mar. Invierno y verano ha prodigado sus inmersiones en todos los
puntos de nuestro litoral y hoy sería difícil encontrar una persona en nuestro
país con tan profundos conocimientos prácticos sobre la materia. Sus
colecciones de fotografías en color; bajo el agua, sus cintas en donde se
descubre toda la maravilla y la poesía del fondo del mar, y sus centenares de
horas de “vuelo submarino” le han dado una personalidad indiscutible que bien
reflejada queda en su magnífico y reciente libro ”La llamada de las
profundidades”. Que recomendamos a todos los amantes de lecturas sinceras y
reales, puesto que da la exacta dimensión, sin estridencias, de la nueva era de
la investigación submarina que ha
comenzado con la escafandra autónoma.
Quiero decir con todo ello que no fue un inconsciente, sino un hombre
responsable, perfectamente preparado, quien el pasado domingo en Cartagena se
enfrentó con esta cuerda tirante hacia el fondo, junto a la cual se disponía a
descender cien metros. Ni fue el afán de “record”, estoy seguro de ello, el que le llevó hasta la tablilla de cien
metros, sino el noble afán de investigar sin el que la marca no tendría valor
alguno.
El problema de descender hasta cien metros o distancias parecidas, con
escafandra autónoma está relacionado con los desarreglos que sobre el organismo
humano plantea la presión del agua. Hay una serie de fenómenos, como el de la
narcosis, o borrachera submarina, que aún estudiados muy a fondo, aún no han
desvelado todos sus secretos. Con ellos se enfrentó principalmente Eduardo
Admetlla en una tentativa muy estudiada, ya que si bien se hizo en Cartagena
fue porque allí existen los excelentes servicios submarinos de nuestra Marina,
con su cámara de descompresión para el ensayo de hombres y material, y el
material adecuado para establecer de antemano los “test” necesarios ante una
prueba de este tipo.
El apoyo recibido en el intento por sus compañeros Díaz y Veglison que
con él descendieron hasta 60
metros y allí quedaron a la expectativa por lo que
pudiera suceder, fue una garantía más que confirma e sentido de equipo que debe
informar a nuestro juicio toda actividad submarina.
De un intento como este desarrollado en tan plausibles condiciones, han de deducirse muchas cosas, aparte del
valor y el entusiasmo de Eduardo Admetlla, valor frío y racional pues repetimos
es hombre sencillo, y consecuente que planea con gran cuidado cuanto realiza. Y
una de ellas es la satisfacción de saber que nuestra industria submarina que
tiene un valedor tan destacado en Juan Vilarrubís, otro gran enamorado del mar
que tuvo la audacia de volcar todo un capital, y todas sus horas de trabajo, en
la fabricación de utensilios submarinos, cuando poco podía preverse el auge que
tomaría en nuestro litoral, fabrica un material espléndido, perfectamente
capacitado y seguro. Que la iniciativa puramente particular, y la feliz
conjunción de un gran aficionado, y un entusiasta constructor, hayan logrado tan espléndidos
resultados, nos muestra una vez, el valor que a veces tienen los impulsos
puramente particulares, y sin protección oficial alguna, como en este caso que
nos ocupa.
El submarinismo español, con ello ha aportado una decisiva contribución a
la corta pera ya apasionante historia de esta nueva especialidad. Y conste que
el “record”, en sí, es lo que menos nos interesa, pues nada nos gustaría que
por el solo afán de la marca, se entablara una peligrosa carrera hacia los
abismos submarinos, por diferentes buceadores. Esto no es exactamente un
deporte, sino una investigación en la que se utiliza una técnica deportiva, por
lo que si deben aplaudirse todos los intentos rodeados de una garantía, una
seriedad y una preparación como el de Eduardo Admetlla, que tiene además el
buen gusto de hacerlos silenciosamente, sin una publicidad anticipada, de
bombos y platillos deben en cambio recusarse, todos los afanes publicitarios,
todos los alardes submarinos que no persiguen otra cosa que salir en los
periódicos.
Esto ha causado ya las suficientes muertes en otro gran deporte
solitario-el alpinismo-para que por nuestra parte, y de cuantos escriben de
cosas del mar, deba usarse el máximo comedimiento al hablar de hazañas
submarinas.
Y porque la de Eduardo Admetlla, realmente lo es, es por lo que le
dedicamos el espacio que realmente merece.
Fuente: El
Mundo Deportivo. Miércoles, 2 de Octubre de 1957. Artículo de Carlos Pardo.
Págs. 1 y 5.
OTROS PERIÓDICOS:
MARCA.
Jueves, 03.10.57
EDUARDO ADMETLLA, EL HOMBRE QUE BAJÓ A CIEN METROS DE PROFUNDIDAD.
Desde los 80 a
los 90 me afectó seriamente la narcosis.
Pero se rehizo pronunciando el nombre de su mujer y el suyo.
Cuando iba a firmar la marca, se rompió la punta del lápiz y tuve que
ingeniármelas para hacerlo.
CARTAGENA.
La noticia ha sido difundida a todos los puntos cardinales: en Cartagena,
el ahora campeón de España de inmersión submarina con escafandra autónoma, don
Eduardo Admetlla, ha batido el record mundial de inmersión de la especialidad,
rebasando con creces los 86
metros de su record anterior para establecer otro nuevo,
con enseñoramiento mundial, de... ¡cien metros¡.
La proeza ha sido posible gracias a la cooperación prestada en todo
momento por la Escuela
de Submarinos de esta base. El campeonísimo de inmersión submarina se vio
también asistido de manera especial por sus compañeros-miembros también del
CRIS, Véglison y Díaz, quienes sirvieron de enlace a Admetlla hasta los sesenta
metros.
Un detalle importante en la ejecución de esta proeza ha sido resaltado
por el comandante de la corbeta “Pizarro”, señor Ferragut, jefe de los
servicios de inmersión de esta base, quien al ser interrogado sobre la trascendencia
de la nueva marca mundial establecida por un español manifestó que le ha
conmovido muy especialmente el hecho de que al hallarse a aquella oceánica
profundidad, dispuesto Admetlla a inscribir su nombre en la tableta de
prácticos-o placa de contraseña-, se encontró con el grave inconveniente de
haberse roto la punta del lápiz que empuñaba, contrariedad que corrigió
inmediatamente arañando la madera del lápiz hasta lograr sacar un poquito de su
mina, con la que inscribió definitivamente su nombre en la citada placa de
contraseña. De cuyo hecho el señor Ferragut saca la consecuencia, bastante
acertada, de que a tal profundidad el hombre puede reaccionar con la prontitud
y ligereza con que lo pudiera hacer en plena plaza del Sol, sentado junto a la
mesa de un café.
“NO; NO INTENTARÉ LOGRAR UN NUEVO RECORD.
Al ser interrogado el nuevo recordman mundial sobre sí intentará batir de
nuevo su propio record ha manifestado-creemos haber advertido que con un
suspiro de satisfacción-que no.
-No-añadió, porque así lo he prometido a mis padres, esposa e hijos.
Y creo que no tengo derecho a mantenerlos en vilo mientras yo me someto a
una nueva experimentación internacional.
-¿Difícil?
-Cuando se trata de rebasar un record, sí, mucho. Hay una narcosis que
nos acecha en el fondo, una especie de borrachera del agua, que nos hace sentir una extraña
euforia, acompañada de una completa desorientación. Allá abajo, donde todo es
de un fascinante azul sombrío, llegamos entonces a no sentir nada ni desear
nada... Muy peligroso.
Nosotros no hemos experimentado nunca tal sensación, pero teníamos ya
noticias de ella. Algo maravillosamente sereno, de una de una quietud celestial
quizá, tal vez por ese azul intenso; algo, en fin que produce una laxitud tan
grande como peligrosa, sí.
-Javier Véglison y Roberto Díaz me acompañaron hasta los sesenta
metros-continua explicando Admetlla-. Allí nos despedimos con un abrazo y me
lancé al abismo... Me habían sujetado fuertemente la mascarilla de oxígeno,
para evitar en lo posible los efectos de la narcosis; pero a pesar de todo, le
repito, llegué a experimentarlos.
-¿Fuertemente?
-Al principio, no mucho; pero a los ochenta y cinco o noventa metros tuve
que hacer un buen esfuerzo para poder seguir siendo dueño de mí.
Eduardo Admetlla es un hombre sencillo. Apenas da importancia a su gran
proeza, pese a saber lo que le costó lograrla. Nos cuenta su descenso con la
misma naturalidad que sí se hubiese tratado de bajar el primer tercio de la
famosa torre Eiffel, y hasta los medios que puso para combatir la narcosis
fueron simples y sinceros, entrañablemente queridos...
-Margarita...,Eduardo...Margarita...Eduardo...
El nombre de su querida esposa y el suyo iban siendo pronunciados
lentamente, sin prisas ni precipitaciones, dulcemente, como deshojando las
invisibles alas de ese enemigo invisible que le acechaba allá en el fondo.
Los pequeños rectángulos de plástico que le iban marcando su hazaña,
ascendían...O, mejor dicho, él seguía descendiendo... Es ya algo que no se
precisa bien. Se sigue bajando maquinalmente. En el inmenso silencio acuático
que se cernía en torno a Admetlla, solo su nombre y el de su esposa avivaban su
mente.
-Cuando llegué a los cien metros, la meta estaba lograda. Tal vez Neptuno
puso su nota de humor a tal profundidad. Cuando iba a escribir las iniciales
“O.K” se rompió la punta de mi lápiz y, como pude, tuve que ingeniármelas para
poder hacerlo. Entonces si me puse realmente nervioso.
Pero, sin darle mucha más importancia, continúa:
-Después fue ya todo muy fácil. Ascendí. Mis dos compañeros me ayudaron
para verificar la oportuna descompresión según iba acercándome a la superficie.
Y luego..., nada; esperar unos minutos para que pasasen los pequeños efectos de
la inmersión.
Y como ya está todo expuesto, según nos manifiesta el propio Admetlla,
nos disponemos a terminar ya la entrevista y le hacemos la última pregunta:
-Usted era antes cazador submarinista. ¿Ya no lo es¿
-Lo dejé olvidado...en el mar. Al mezclarse a grandes profundidades con
los peces se llega a sentir hacia ellos una especie de confraternidad.
Don Eduardo Admetlla es director técnico del CRIS, club de esta
especialidad reseñada, que cuenta en Barcelona
con cerca de 500 socios.
-Pero donde más afición hay por esta bella manifestación
deportivocientífica-expone-es en Francia. La nación vecina, en esto, es la
primera.
-Después de Admetlla-pensamos.
Cartagena, con la proeza de don Eduardo Admetlla, por el que siente gran
simpatía a través de sus diversas amistades con personajes cartageneros, ha
vivido una jornada de gran brillantez. Y es que...¡ahí es nada; ser
escenario-escenario acuático-de todo un record y Campeonato mundial¡
Fuente:
Marca. Jueves, 3 de Octubre de 1957. Artículo de José de Jodar. Pág. 11.
Archivo:
Eduardo Admetlla.
OTRAS FUENTES:
REVISTA DE ACTUALIDADES, ARTES Y LETRAS.
Semana del 05 al 11/10. 57.
ADMETLLA, CAMPEÓN MUNDIAL DE INMERSIÓN.
Fuente:
Revista de Actualidades, Artes y Letras. Año VI. nº 286. Semana del 5 al 11 de
Octubre de 1957. Artículo por Mario Lleget. Pág. 6.
Archivo de
Eduardo Admetlla.
Semana del 12 al 18/10.57
A CIEN METROS DE PROFUNDIDAD.
Fuente:
Revista de Actualidades, Artes y Letras. Año VI. nº 287. Semana del 12 al 18 de
Octubre de 1957. Artículo por J. Arnal Maqueda. Pág. 7.
Archivo de
Eduardo Admetlla y Roberto Díaz.
OTRAS FUENTES:
VIDA DEPORTIVA.
Semana del 7/10/57
REPORTAJE EN LOS VESTUARIOS DEL ESTADIO. UNA FOTO.
“Hubo saque de honor. Eduardo Admetlla, “recordman” mundial de inmersión,
impulsó la pelota y recibió los aplausos del público”.
Fuente: Vida
Deportiva. Año XIV. Nº 629. Lunes, 7 de Octubre de 1957.
OTRAS FUENTES:
BARÇA.
Viernes, 11.10.57
PENETRÓ EN EL ABISMO AZUL HASTA DONDE HADIE HABÍA LLEGADO.
La extraordinaria marca de Eduardo Admetlla que alcanzó 100 metros de
profundidad con escafandra autónoma.
Fuente:
Barça. Año III. Nº 95. Viernes, 11 de Octubre de 1957. Artículo por Manuel I.
Escofet. Pág. Desconocida.
OTRAS FUENTES:
DESTINO
Sábado, 12.10.57
EDUARDO ADMETLLA, EL HOMBRE-PEZ MÁS PROFUNDO DEL MUNDO.
Fuente:
Destino. nº 1.053. Sábado, 12 de Octubre
de 1957. Artículo por Antonio Ribera.
Pág. 31
OTRAS FUENTES:
BLANCO Y NEGRO
Sábado, 12.10.57
“RECORD” MUNDIAL DE INMERSIÓN.
En aguas de Cartagena el catalán Eduardo Admetlla ha batido el “record” mundial de inmersión con equipo
autónomo de buceo, que poseía el francés Dumas con 92 metros . Nuestro
compatriota ha alcanzado los cien metros en un paraje situado a cinco millas de
la isla de las Palomas, donde la profundidad del Mediterráneo es de 115 metros . Dos
submarinistas, Roberto Díaz y Jaime Veglison (1), actuaron de enlaces entre
Admetlla y la superficie durante la inmersión. La prueba ha sido controlada por
las autoridades de Marina, Eduardo Admetlla y Roberto Díaz habían establecido
hace un año, en las mismas aguas, el “record” español con 86 metros .
Fuente:
Blanco y Negro. Madrid, nº 2371 Sábado,
12.10.57 Pág. Desconocida.
(1) El
nombre correcto es Javier.
Nota. Es una
pequeña reseña con una foto.
OTRAS FUENTES:
ONDAS.
Martes, 15.10.57
SECCIÓN: HABLAR POR NO CALLAR. POR DEL ARCO.
60 MINUTOS NADA MÁS Y NADA MENOS CON EDUARDO ADMETLLA.
Fuente:
Ondas. Portavoz de la
Sociedad Española de Radiodifusión. Año VI. nº 117.Martes, 15
de Octubre de 1957. Artículo por Manuel Del Arco. Págs. 14 y 15.
Nota.
Archivo E. Admetlla.
OTRAS FUENTES:
GACETA ILUSTRADA.
28.12.57
¡A 100 METROS DE
PROFUNDIDAD¡
“Ochenta y seis metros, a sólo seis metros del record del mundo ostentado
por Frederic Dumas, no son despreciables. Sin embargo, no puedo borrar de mi
pensamiento la seguridad de haber podido alcanzar mayor profundidad… Y la
visión de aquel cable festoneado de blancas tablillas, invitándome a bajar más
y más para hundirme en el azul inmenso, revive en mí el eco de una llamada
irreal…¡La llamada de las profundidades¡”.
Así terminé el párrafo de mi último capítulo de mi libro “La llamada de
las profundidades”. En este capítulo describí todas las incidencias de la
inmersión profunda a 86
metros que, junto con mi compañero Roberto Diaz, llevé a
cabo el día 13 de Octubre de 1956. Hoy, 30 de Setiembre de 1957, casi un año
después, he conseguido, en un nuevo intento, rebasar los 92 (sic) (1) metros de
Frederic Dumas, alcanzando los 100 metros de profundidad…¡He batido el record
del mundo de la inmersión¡.
Y ahora, siento una ineludible necesidad de justificarme. Justificarme
ante los míos, a quienes mis propósitos preocuparon y a los que ocasioné
momentos de mortal angustia. Justificarme ante mis amigos, ante aquellos que me
aconsejaron, pero cuyos consejos no seguí. Justificarme, en fin ante mí mismo.
No puedo negar que, evidentemente, existe un riesgo al descender más allá
de los noventa metros, límite técnico de la inmersión con aire comprimido; pero
también es verdad que este riesgo no es quizá mayor que muchos de los peligros
que afrontamos en nuestra cotidiana lucha con la vida.
¿Qué será lo que me impulsó a mí, feliz padre de familia y amante
esposo, a arriesgar mi vida en un
intento para superar el “record” del mundo de buceo?.
Posiblemente hubo de todo un poco: desafío, afán de superación… y un
porcentaje no pequeño de vanidad. Pero, sea lo que fuere, a partir de aquél
día-13 de octubre de 1956- en el que llegué a los ochenta y seis metros y no
más porque mi amigo Roberto no se encontraba en condiciones para proseguir la
inmersión, no pude ya evitar un pensamiento que me martilleaba continuamente:
intentar de nuevo el descenso a los 100 metros de profundidad, superando el
“record” de Frederic Dumas. Y este pensamiento llegó a ser una obsesión
constante.
Hablé de mi propósito con mi compañero Roberto Diaz, pero él recordando aún
los dramáticos momentos en los que la temible embriaguez de las profundidades
le hizo sentir muy cerca de lo que le pareció ser su fin, se negó a acompañarme
en un posible nuevo intento. Yo, por mi parte, no quería obrar a la ligera, y estudié en varias obras
de tipo técnico las posibilidades de esta inmersión. Llegué a la conclusión de
que podía hacerse y así lo comuniqué a mis amigos del C.R.I.S.
“No seas imprudente y confórmate con los 86 metros , que no es
poco”. “Piensa en que jamás ningún buceador autónomo regresó de esa
profundidad”. “No seas loco, Eduardo”. Estas y otras parecidas, fueron las
opiniones de mis compañeros y amigos, quienes intentaron disuadirme de mi idea.
Nunca nadie me había llamado loco antes-que yo sepa al menos- y me
propuse demostrar que no era una locura lo que deseaba hacer. Expuse mis
razones, cité datos y más datos sobre la fisiología del buceo, expliqué las
medidas de seguridad que podrían adoptarse para el descenso… y, sin darme
cuenta, lo que en principio era sólo una idea, pasó a ser un firme propósito,
una irrevocable decisión.
Conseguí de Roberto Diaz la promesa de que podría contar con él para
actuar de enlace a media profundidad, y convencí al ingeniero Javier Veglison, socio del C.R.I.S.
y gran amigo mío, de las posibilidades del intento, y los estudios que a partir
de aquel momento realizamos juntos me reafirmaron en mi decisión. Javier tuvo
que efectuar un complejo planeamiento de las fórmulas empleadas para el cálculo
de las descompresiones, porque las tablas existentes internacionalmente no
preveían una inmersión superior a los 90 metros . Y una vez más, fueron cursadas las
correspondientes instancias por las autoridades de Marina de Barcelona al
departamento Marítimo de Cartagena, pues mi intención era realizar también allí
esta inmersión, supervisado por la Escuela de Buzos de la Armada y bajo el amparo de la Marina española.
30 de Septiembre de 1957
Me hallo completamente equipado y dispuesto para mi nuevo intento. Todos
los preparativos son casi exactamente los
mismos de hace un año cuando bajé a ochenta y seis metros; el viaje en avioneta
a Cartagena, la visita a las autoridades de la Base , la medición de la sonda por los oficiales
de la Escuela
de Buzos, y el momento de hundirse el pesado lastre de la sonda, hacia el fondo
del mar…
Con la pesada escafandra en mi espalda miro al mar. Voy a intentar algo
que costó la vida a los dos únicos escafandristas que hasta ahora lo hicieron:
batir el record del mundo de la
inmersión.
¿Conseguiré superar la inevitable embriaguez de las profundidades?.¿Lograré
eludir la mortal intoxicación del oxigeno?. Creo firmemente que lo conseguiré
o, cuando menos, que sabré decidir el
momento en que deba abandonar, en caso de peligro extremo. Sé que deberé
afrontar fuertes ataques de narcosis y que me encontraré mal, pero estoy
tranquilo a pesar de todo. He pasado las dos horas de navegación hasta el punto
elegido para sumergirme, durmiendo en la cabina de mando ante la sorpresa de
mis compañeros.
Terminados los preparativos, Roberto y Javier se sumergen en el mar y
desaparecen de la superficie en busca de la cota de los 60 metros , desde donde
actuarán de enlaces y controlarán los
tiempos de inmersión. Medio minuto más tarde, desciendo a mi vez por la
escalerilla y penetro en el agua. Mi primera mirada hacia abajo me revela un
mar profundamente azul y transparente. Me sujeto con la mano a la sonda que, con el pesado lastre
de setenta kilos en su extremo, se mantiene tirante perdiéndose perpendicularmente
hacia el fondo, y suben a la superficie unas pequeñas nubes formadas por las
burbujas de aire procedentes de la respiración de mis compañeros.
Desde la lancha me entregan un lastre de
unos siete kilos, que cuelgo de mi antebrazo, y una boya de fuerte
cristal pintada de amarillo, que deberé soltar sólo cuando ya, en plena inmersión, considere alcanzada la
profundidad máxima.
Antes de abandonar la superficie me despido con gesto optimista de los
que se encuentran a bordo y leo en sus caras la preocupación que sienten ante
la inminente prueba.
El agua cubre ya mi cabeza y empiezo a descender a lo largo de la sonda.
Las plateadas burbujas de mis compañeros forman un maravilloso sendero de
brillantes reflejos, y me cruzo con ellos una y otra vez. Se dirigen a la ya lejana superficie, a la luz, a la
vida. Se dirigen a la ya lejana superficie, a la luz, a la
vida. Yo desciendo hacia un abismo verde azul, tenebroso, pero al mismo tiempo
extrañamente acogedor e insinuante. Me hundo rápido, puesto que la clave del
éxito, del posible éxito está en la rapidez del descenso.
Aproximadamente a los treinta metros de profundidad, diviso como un
lejano impacto de color destacando del azul del fondo. Son las escafandras
amarillas de mis compañeros. A los cuarenta metros la temperatura del agua
desciende bruscamente y el frío me hace sentirme mejor. Me acerco rápidamente a
Roberto y a Javier que, desde abajo vigilan mi descenso. “Parecías un enorme
pájaro negro cerniéndose sobre nosotros” me diría Javier después. En pocos
segundos llegué a su nivel y, con rapidez y cierta nerviosidad, sincronizamos
en nuestros relojes los tres minutos que, como máximo, deberán transcurrir
desde el momento en que abandone los sesenta metros hasta mi regreso a la misma
cota, si sobrepaso estos tres minutos, deberán tirar de mí por medio de la cuerda de seguridad. Siento una gran emoción
al recibir sendos abrazos y dos fuertes apretones de manos de mis amigos, y
casi me pareció oír su apagada voz diciéndome: “Buena suerte, Eduardo”. Miro
hacia el fondo, vuelvo a mirar a mis compañeros y, haciendo la señal de la
Cruz , me hundo vertiginosamente.
La narcosis de las profundidades
De repente un alucinante zumbido llena mi cerebro y me siento arrebatado
por una fuerte narcosis. Freno mi descenso
agarrándome con ambas manos a la sonda; de nuevo me hallo bajo los
efectos de la embriaguez de las profundidades. Pero sin embargo controlo mis
reacciones y compruebo en mi profundímetro que me encuentro a los ochenta
metros. Continúo descendiendo. Siento como la cuerda se desliza por entre mis
manos y empiezo a pasar las primeras tablillas: 86, 88, 90…Otra vez freno mi
descenso y me detengo. Los noventa metros son el límite de seguridad…Mi mente,
confusa bajo los efectos de la intoxicación del nitrógeno, consigue no obstante
coordinar. “Debes pensar en algo, Eduardo… En algo que sea muy querido para
ti”. Y tras breve indecisión me dejo arrastrar hacia el abismo, repitiendo mentalmente, como en una oración,
los nombres de mi esposa y mis hijos. “Margarita, Laura, Eduardo… Margarita,
Laura, Eduardo…”. Las tablillas se suceden interminables: 91, 92…95, 97, 98… De
repente mis pies tropiezan con algo. Es el lastre de setenta kilos colgado al
extremo de la sonda, a un metro más debajo de la cota 100. ¡Me hallo a cien
metros de profundidad¡ Tengo delante de mi una blanca tablilla de plástico que
aparece como una mancha de luz en la penumbra del fondo, y de esta tablilla
cuelga por un visible hilo de nylon un
lápiz indeleble. Cojo el lápiz y escribo “O.K.” Al primer trazo se me rompe la
punta del lápiz, pero felizmente queda prendida de la madera y puedo,
cogiéndola con los dedos, terminar de marcar las letras subrayándolas con doble
línea por arriba y por debajo. El vencer este simple contratiempo me demuestra
que continúo controlando mis reacciones. Recuerdo que debo soltar el
lastre, y así lo hago. Y suelto también
la boya amarilla que demostrará a mis compañeros que conseguí mi objetivo. Echo
una mirada a mí alrededor y, aunque no diviso el fondo, que se encuentra a 20 metros más abajo, veo
perfectamente mis pies de pato descansando sobre el pesado lastre; miro después
hacia un lado y otro y es entonces cuando me acomete una terrible sensación de
pánico. No consigo ver la cuerda que siento en mis manos. ¡No la veo¡ Oigo el latir desordenado
de mi corazón y, perdida toda serenidad y control, emprendo veloz carrera hacia
la superficie.
Pocos metros más arriba, aunque sin poder precisar cuantos, recupero la
visión y veo de nuevo la cuerda en mis manos. Marco entonces una breve pausa en
mi ascenso. A los noventa metros arranco la tablilla de plástico. A los ochenta
me doy cuenta que no cogí la tablilla de los cien y siento un momentáneo
impulso de descender de nuevo a buscarla. Pero predomina en mí la sensatez y continúo
ascendiendo para alcanzar a los pocos segundos a mis compañeros, que me
interrogan ansiosos por señas sobre el resultado de la inmersión. Les enseño la
tablilla de los 90 y observo en ellos los gestos de desencanto que les produce
verla. Pero cuando les digo por señas
que alcancé los 100
metros , me
abrazan efusivamente y emprendemos la subida conforme a los cálculos realizados
por Veglison. Cincuenta y dos larguísimos minutos antes de emerger definitivamente a la superficie. Sin embargo
a mí me parecieron cortos. Solo un pensamiento me embargaba, pensamiento que me
colmaba de orgullo y satisfacción. Había conseguido el “record” del mundo,
conquistando para España y para el C.R.I.S. la cota de los 100 metros , de donde
ningún buceador autónomo había regresado jamás.
Y quiero terminar este relato de mi
inmersión, haciendo constar mi eterno agradecimiento a la Marina española, a la Escuela de Submarinos y a la Escuela de Buzos de
Cartagena, que tanto hicieron para que pudiera ser una realidad este “record”
del mundo para España”.
Detalles técnicos de la inmersión a 100 metros .
Tiempo total invertido desde el momento de iniciar el descenso hasta
emerger a la superficie: 55 minutos.
Tiempos controlados a partir de los sesenta metros.
De los 60 a
los 70 metros .
5s.
“ “ 70
“ “ 80
“ 20s.
“ “ 80
“ “ 90
“ 15s.
“ “ 90
“ 100 “
30s.
Permanencia a los 100
metros 30s.
Etapas de descompresión realizadas.
A partir de los 50
metros , parada de 30 segundos cada cuatro metros.
A 12 metros
de profundidad 3 minutos.
“ 9 “
“ “ 6 “
“ 6 “
“ “ 12 “
“ 3 “
“ “ 30 “
Sistema empleado
Desde a bordo se lanzó al mar un cabo de 101 metros a cuyo
extremo se ató un lastre de 70 kilos, suspendido sobre un fondo de 120 metros de
profundidad. A partir de los 86
metros (“record” de España), se colocaron tablillas de
plástico, cada dos metros, hasta los 90. De los 90 a los 100, cada metro, con
su correspondiente número. Además en las cotas 95 y 100, se adaptó una tablilla
blanca, con un lápiz indeleble, donde debía inscribirse cualquier observación o
contraseña.
El equipo de enlace situado a los 60 metros , disponía de
una boya roja que solo debería ser soltada en caso de peligro, para avisar al
equipo de superficie.
Después de la inmersión, con todos ya a
bordo, se izó la sonda con el lastre, comprobándose que faltaba la
tablilla correspondiente a los 90 metros , así como la de los 100 metros . La primera
había sido subida a la superficie, y la correspondiente a los 100 metros fue, por lo
visto, arrancada por Eduardo Admetlla en su descenso. Además de la tablilla
blanca situada a los 100
metros , había sido grabada de manera muy visible la contraseña “O.K.” que sirvió de testimonio
del descenso, del que se extendió la oportuna certificación por la Escuela de Buzos de la Base Naval de
Cartagena.
Fuente:
Revista Gaceta Ilustrada. nº 64
28.12.1957. Artículo por Eduardo Admetlla. Págs. 32 a 39.
(1) Algunas
fuentes citan 93 metros .
OTRAS FUENTES:
BOLETÍN DE LA
ASOCIACIÓN DE PESCA SUBMARINA. CON LA COLABORACIÓN DEL
CRIS.
DE DONDE NINGÚN BUCEADOR AUTÓNOMO REGRESÓ JAMÁS¡¡.
Fuente:
Boletín de la Asociación
de Pesca Submarina. Con la colaboración del CRIS. Nº 102. Septiembre a
Diciembre de 1957. Artículo por Eduardo Admetlla. Págs. 11, 12, 13, 14, 16 y
17.
OTRAS FUENTES:
JÓVENES. REVISTA MENSUAL DE LA JUVENTUD.
00.04.58
ADMETLLA. MARCA MÁXIMA DE INMERSIÓN SUBMARINA.
Fuente:
Jóvenes. Revista mensual de la juventud. Año VIII nº 85 Abril de 1958.
Pág. Sin
indicación.
Nota.
Archivo E. Admetlla.
La gran
mayoría de las notas publicadas pertenecen al archivo de E. Admetlla.
OTRAS FUENTES:
LIBROS.
La llamada de las profundidades. Eduardo Admetlla. 1999. Pág. 269.
Los Hombres peces. Antonio Ribera. Edit. Juventud. 2 edición. Agosto
1962. Pág. 75. Comenta brevemente el
descenso de E. Admetlla.
CORRESPONDENCIA:
Hay una carta emitida por la Junta Directiva del CRIS, cuyo contenido
reproducimos:
“El Consejo Directivo de la
Entidad , en sesión celebrada el pasado día 4 del corriente
mes, con ocasión de haber batido Don Eduardo Admetlla el record mundial de
inmersión con escafandra autónoma de aire comprimido, acordó, al felicitar al
citado por la consecución del citado hecho: “Hacer extensiva esta felicitación
a don Roberto Diaz y don Javier Veglison por la personal colaboración que
prestaron al intento y feliz resultado conseguido”.
Lo que comunico a Ud., a los efectos procedentes y en cumplimiento de lo
acordado”.
Barcelona, 15 de octubre 1957
Hay un sello que pone: Centro de Recuperación e Investigaciones
Submarinas. Barcelona.
Sr. D. Roberto Diaz Prat. Ciudad
Fuente:
Archivo de Roberto Díaz Prat.
DATOS EN EL ARCHIVO DEL CLUB.
Base opúsculo: Marca mundial de profundidad, con 100 metros , lograda por
D. Eduardo Admetlla, en aguas de Cartagena, con la colaboración de la Escuela de Buzos de
Cartagena. Anterior marca, francesa, en 92 metros .